
Ray Manzarek: la mente detrás del teclado de The Doors
un arquitecto del sonido de una época
El 20 de mayo de 2013 murió Ray Manzarek, uno de los tecladistas más influyentes en la historia del rock. Cofundador de The Doors, su nombre quedó ligado para siempre a la psicodelia californiana de los años 60, al misterio de Jim Morrison y al sonido hipnótico que definió a una banda irrepetible. Tenía 74 años y falleció en Alemania, víctima de un cáncer biliar.
Más que un simple acompañante, Manzarek fue la columna vertebral de The Doors. Su teclado, que muchas veces reemplazaba al bajo tradicional, tejía paisajes sonoros únicos: desde la intro de "Light My Fire" hasta los climas sombríos de "Riders on the Storm", su estilo era teatral, envolvente y profundamente original. Mientras Morrison recitaba poemas incendiarios, Ray construía un universo musical que oscilaba entre el jazz, el blues, el rock y lo experimental.
La historia de The Doors comenzó en 1965, cuando Ray conoció a Jim Morrison en Venice Beach. Ambos eran estudiantes de cine y compartían una visión artística que pronto se convirtió en una de las propuestas más provocadoras de la contracultura estadounidense. Junto a Robby Krieger en guitarra y John Densmore en batería, formaron una banda sin igual, donde el teclado de Manzarek se convirtió en protagonista absoluto.
Tras la muerte de Morrison en 1971, Manzarek intentó seguir adelante con el grupo y luego emprendió una carrera solista. También escribió libros, produjo discos y mantuvo viva la llama de The Doors durante décadas, participando en giras homenaje y colaborando con artistas contemporáneos.
Ray Manzarek no fue solo un músico extraordinario; fue un arquitecto del sonido de una época. Su legado está en cada nota que suena cuando vuelve a escucharse un disco de The Doors. Su teclado no era solo un instrumento: era una puerta abierta a lo desconocido.