
La muerte de Miguel Abuelo el 26 de marzo de 1988 marcó un antes y un después en el rock nacional argentino. Con su partida, la música perdió a uno de sus artistas más carismáticos y originales, un poeta irreverente cuya energía y creatividad dejaron una huella imborrable en la historia del género.
Miguel Ángel Peralta, conocido artísticamente como Miguel Abuelo, fue el alma y la voz de Los Abuelos de la Nada, una banda que, con su fusión de rock, pop y toques de música latinoamericana, definió una época dorada del rock argentino en los años 80. Temas como "Mil horas", "Sin gamulán" y "Lunes por la madrugada" se convirtieron en himnos de una generación que vibraba con su inconfundible estilo y su entrega total sobre el escenario.
Sin embargo, su impacto va mucho más allá de su éxito en los 80. Miguel fue un pionero del rock en español desde finales de los 60, cuando formó la primera versión de Los Abuelos de la Nada. Su espíritu inquieto lo llevó a recorrer Europa, experimentar con distintos sonidos y vivir la música como una aventura sin límites. Su regreso a Argentina a principios de los 80 coincidió con el renacimiento de la democracia y con el resurgimiento del rock nacional, en el que jugó un papel clave al liderar una de las bandas más importantes del momento.
Su muerte, a los 42 años, dejó trunca una carrera que aún tenía mucho para dar. No obstante, su influencia sigue viva en cada nueva generación de músicos argentinos que ven en su figura un símbolo de libertad artística y de pasión por la música. Miguel Abuelo no fue solo un cantante, fue un trovador moderno, un soñador incansable que entendió el rock como una forma de expresión genuina y sin ataduras.
A más de tres décadas de su partida, su voz sigue sonando con la misma fuerza, recordándonos que el rock no es solo un género musical, sino una actitud frente a la vida. Y en esa actitud, Miguel Abuelo fue y será siempre un verdadero maestro.