
Ozzy Osbourne se despidió de los escenarios con un show cargado de leyendas del rock
una etapa gloriosa de más de cinco décadas
El pasado sábado 5 de julio marcó un momento histórico para el heavy metal: Ozzy Osbourne, el eterno Príncipe de las Tinieblas, le puso punto final a su carrera en vivo con un evento que reunió a lo más destacado del rock pesado internacional. El concierto, titulado Back to the Beginning, fue una verdadera celebración del legado de Osbourne, tanto en su etapa solista como al frente de Black Sabbath.
El emotivo show incluyó una potente actuación de Ozzy con un set de cinco canciones, demostrando que, pese a los problemas de salud que arrastra desde hace años, sigue manteniendo el fuego sagrado del metal. Pero sin dudas, el momento más vibrante llegó con la reunión de la formación original de Black Sabbath, que regaló cuatro temas cargados de emoción y nostalgia para cerrar una era dorada del género.

El concierto también tuvo participaciones estelares de otras figuras legendarias. Guns N' Roses sorprendió al interpretar cuatro versiones de Black Sabbath, mientras que Metallica hizo estallar el estadio con su versión de “Hole in the Sky”. Steven Tyler, vocalista de Aerosmith, brilló con luz propia en su regreso a los escenarios, llevando al público a un viaje sonoro con clásicos como “Walk This Way” y “Whole Lotta Love”.
A pesar de la energía y el despliegue, no faltaron críticas hacia la organización por mostrar a Ozzy en silla de ruedas, una imagen que muchos seguidores consideraron innecesaria. Sin embargo, para otros, fue una demostración de su coraje y amor por la música: incluso en su estado actual, Osbourne eligió despedirse sobre las tablas, como los grandes.

Con este show, Ozzy Osbourne cierra una etapa gloriosa de más de cinco décadas, dejando una huella imborrable en la historia del rock. Un adiós con gloria, riffs inmortales y el respeto eterno de millones de fans en todo el mundo.