Bajo una creciente presión, Biden desmiente las versiones sobre sus dudas y trata de salvar su candidatura
WASHINGTON.- Bajo una enorme presión y un manto de dudas, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, desmintió las versiones que indicaban que analizaba bajar su candidatura a la reelección, ju...
WASHINGTON.- Bajo una enorme presión y un manto de dudas, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, desmintió las versiones que indicaban que analizaba bajar su candidatura a la reelección, justo antes de una reunión con gobernadores y legisladores demócratas. El presidente demócrata busca levantar su perfil con una cadena de apariciones públicas para intentar salvar su postulación y frenar la feroz ola de crecientes críticas por su desastroso debate con Donald Trump, que hundió a su campaña en una crisis existencial y sembró pánico entre los demócratas, que temen encaminarse a una derrota en la próxima elección presidencial.
“Me voy a postular. Soy el líder del Partido Demócrata. Nadie me va a sacar”, dijo Biden, según un colaborador de alto rango que publicó su declaración en la red social X, en respuesta a un artículo del diario The New York Times, con el cual la administración Biden mantiene una tensa relación, que mencionaba que el presidente le dijo a un aliado que está pensando si se abre de la pelea o no y es consciente de que la suerte de su candidatura se juega en los próximos días.
Biden “no está en absoluto” considerando bajarse de la contienda, reafirmó después la portavoz presidencial, Karine Jean-Pierre, en la Casa Blanca. El mandatario “sigue haciendo campaña”, remarcó.
En este contexto, Biden recibirá este miércoles en la Casa Blanca a gobernadores y legisladores demócratas para una crítica reunión a puertas cerradas en la que intentará recuperar la confianza perdida por la debacle que sufrió en el choque con Trump, cuando Biden se mostró dubitativo, con voz frágil y ronca, y, por momentos, perdido, trabado, incapaz de articular sus ideas, un desempeño para el olvido que agigantó las dudas sobre su vejez y su salud mental, y su capacidad ya no sólo para derrotar a Trump en las elecciones del 5 de noviembre, sino para soportar otros cuatros años en la Casa Blanca.
Para peor, la respuesta de Biden, su círculo y su campaña al debate en los días siguientes sólo profundizó la crisis. El equipo de Biden desoyó el coro de alarmas entre los demócratas, criticó a “los que mojan la cama” y dijo que el presidente solo tuvo “una mala noche”, que el debate no alteró fundamentalmente la dinámica de la campaña o el respaldo a Biden, y que el mandatario sigue siendo el mejor candidato para retener la Casa Blanca.
Biden, su círculo de confianza y su campaña y sus asesores ofrecieron además al menos tres explicaciones distintas a su debacle: un resfrío; que su equipo lo forzó mucho durante la preparación; y el propio Biden dijo que estaba cansado porque viajó demasiado en el último tiempo, pese a que pasó la semana previa al choque encerrado en Camp David.
“Casi me quedo dormido en el escenario”, reconoció Biden este martes, en un evento de recaudación para su campaña en Virginia.
Además de eso, las primeras encuestas que circularon después del debate comenzaron a marcar un retroceso nítido de Biden ante Trump. Y Biden tampoco salió a calmar la crisis en público de manera frontal y decidida, una actitud que sólo consiguió amplificar las críticas.
“El presidente Biden necesita comunicar más. No hemos oído mucho de él desde el debate, y por eso las encuestas son como son”, dijo el gobernador de Illinois, J.B. Pritzker, en una entrevista con la cadena CNN este martes, una mirada extendida entre los demócratas. “Cuando salís de un mal debate, tenes que recordarle a la gente por qué sos la persona adecuada para elegir”, completó.
Nancy Pelosi, una aliada de Biden que ha dado entrevistas en la televisión para defenderlo y defender su candidatura, terminó avalando en una aparicicon en la cadena MSNBC que existe una “pregunta legítima” acerca de si Biden tuvo una mala noche, un episodio aislado, como sostiene su campaña, o si sufre “una condición”, una duda que solo el propio Biden puede terminar de despejar.
“Creo que es una pregunta legítima: ¿es esto un episodio o es una condición?”, dijo Pelosi en su ida y vuelta en MSNBC. “Cuando la gente hace esa pregunta, es completamente legítima. Para ambos candidatos”, enfatizó sobre el final, en referencia a Trump.
El resultado de todo este combo fue la peor semana de la presidencia de Biden y de su campaña hacia la reelección, que dejó a su candidatura colgando de un hilo. Ya hay demócratas que pidieron públicamente, con nombre y apellido, que Biden dé un paso al costado. Julian Castro, que trabajó para el gobierno de Barack Obama, y el congresista Lloyd Doggett, de Texas, recurrieron a posteos en X para pedir un cambio de candidato.
Urgido por el epílogo de su carrera política, Biden buscará esta tarde convencer a los gobernadores demócratas en la Casa Blanca de que aún puede ganar y gobernar. Luego de los festejos por el Día de la Independencia, Biden hará campaña en Pensilvania y Wisconsin, dos estados cruciales, y dará una entrevista televisiva con la cadena ABC. Además, brindará una conferencia de prensa, la semana próxima, durante la cumbre de la OTAN que se realizará en Washington.
“Él sabe cómo recuperarse. Por eso, el presidente seguirá concentrándose en lo que ha estado haciendo durante los últimos tres años y medio, seguirá centrándose en el pueblo norteamericano”, dijo la vocera presidencial, Karine Jean-Pierre.