En medio del fuerte impacto que generó la chicharrita, una plaga transmisora de una bacteria que genera spiroplasma en el maíz, con fuertes pérdidas, la Secretaría de Bioeconomía se reunió ayer con representantes técnicos de la Mesa de Enlace para analizar la situación en el marco de un comité de crisis. También estuvieron expertos del INTA, del Senasa, del Instituto Nacional de Semillas (Inase), académicos de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y directivos de Maizar y de la Asociación de Semilleros Argentinos (ASA). Para el Gobierno, el impacto en la producción de grano del cereal va de 8 a 12% de la producción total. La Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), por ejemplo, ya bajó de 57 a 50,5 millones de toneladas su previsión de cosecha.

Con la participación de Fernando Vilella, titular de Bioeconomía, junto a los técnicos de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Coninagro y la Federación Agraria Argentina (FAA), se debatieron temas vinculados principalmente a medidas de precaución. En la reunión presentaron a los ruralistas un informe técnico sobre la enfermedad realizado en base a las investigaciones de los organismos descentralizados.

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“Queremos contarles a los productores, a través de ustedes, lo que estamos haciendo en materia de fitosanitarios para mermar el impacto de la plaga, y proponerles un manejo integral de la enfermedad donde es clave la integración de la región como medida colaborativa entre los productores y el sector público. Los invitamos a sumarse para hacer un seguimiento cercano de la situación. Además, queremos compartir algunas de las previsiones que se están haciendo respecto del clima”, dijo Vilella a los representantes de la Mesa de Enlace.

“Se trata de una situación compleja donde no hay soluciones fáciles. El daño que estamos estimando en la producción de grano de maíz es entre el 8 y 12 % en total; es una primera aproximación. En el marco del comité de crisis que estamos creando, sumaremos al Consejo Federal de Fitosanitarios dependiente del Consejo Federal Agropecuario”, agregó.

Tal fue el daño que provocó esta plaga en poco tiempo que solo en la provincia de Córdoba hubo una pérdida de 6 millones de toneladas y un impacto económico de US$1130 millones, según un informe de la Bolsa de Cereales de Córdoba. Vale recordar que este distrito es líder en maíz.

Tras la reunión, Marcos Mathé, director de la Sociedad Rural Argentina (SRA), dijo: “No hay ninguno de los híbridos, ni tropicales ni templados que ellos realmente puedan decir que son los que uno puede utilizar. Son todos no resistentes, así que se va a tratar de ver cuáles son los materiales que pueden tener una mayor persistencia o no. Los semilleros están trabajando en esos”.

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“Se está trabajando en la aprobación de productos fitosanitarios, la especificación de materiales. El curado de la semilla parece que actúa a favor. Se está pidiendo que haya graminicidas subsidiados. Hay que tratar de lograr un control sobre la plaga, el vector, los dos virus que transmiten y las bacterias. Se está colocando a través del INTA las trampas monocromáticas que son, en realidad, lo más importante en este momento para hacer un relevamiento. La enfermedad es endémica, ya se sabe en el NEA y en el NOA. Por eso que es muy importante tratar de controlar sobre todo el vector y sobre todos los cultivos y los rastrojos que pueden quedar en este momento”, indicó el directivo de la SRA, haciendo un balance a la salida del encuentro.

Según Mathé, se pidió si se puede hacer algo a nivel nacional con la ley de emergencia, donde habría “un gatillo para poder hacer eso”.

“Vilella pidió que cada tanto se forme una comisión para tratar este tema y realizar reuniones cada 15 días para ir evaluando qué es lo que está pasando en cada zona”, describió.